miércoles, 16 de mayo de 2007

No es igual gordura que hinchazón (Brigantinus)

Sospecho que a medida que uno se hace mayor... el horizonte se estrecha. Los intereses son menos, las lecturas también y sobre todo hay pocas cosas que llaman verdaderamente la atención.
¿Es malo que esto suceda, y por lo tanto debe evitarse con alguna clase de gimnasia diaria mental?
Depende. Reducir el campo de visión no es necesariamente frustrante y no supone que la persona esté condenada a realizar tareas inútiles. No hay una implicación forzosa y sólo las circunstancias personales pueden indicar si es conveniente o no aplicar correctivos.
Supongamos, por un momento, que esa limitación de los objetivos, los placeres y los temas por investigar vayan acompañadas de una mayor profundización ¿sería eso malo?
No lo creo. Decir que sí equivaldría a suponer que siempre el número es señal de calidad; y que es mejor un kilo de manzanas (aunque estén pasadas o demasiado verdes) que un un kilo de maduras cerezas; ya que el primer caso ocupa mucho más volumen.
El problema, según lo veo, no está en el estrechamiento de intereses, sino en la superficialidad de la visión. Algo que sucede cuando estamos muy cansados o enfermos; pero no necesariamente cuando nos vamos poniendo viejos ¿no le parece?

martes, 15 de mayo de 2007

Tocar o no tocar el claxon del coche

Este es Talco, el golden retriever de mis amigos es muy simpatico.

En mis tiempos, cuando andabamos enamoradisimas, si el chico venia y tocaba el claxon del coche para que salieramos, y saliamos, ¡huy! se nos armaba la bronca. Eramos "señoritas decentes" y el chico tenia que respetarnos, tenia que parar el coche, bajarse y llamar a la puerta, entonces salia la criada y el chico tenia que preguntar por nosotras y entonces podiamos salir.
No me imagino como seria ahora que aparcar es imposible y que no puedes ni parar el coche porque hay coches aparcados hasta en tercera fila. Pero a eso yo no iba.
Yo iba a que, hoy en dia, es la novia la que toca el claxon y es mi hijo el que sale por la ventana cual Julieto a decirle que lo espere que se esta arreglando.
¡Que tiempos aquellos! y ¡Que tiempos estos!

miércoles, 9 de mayo de 2007

malinterpretar

Una razón para no publicar, de entre las muchas que hay, puede ser el desagrado que produce ser "malinterpretado". Pero en realidad, por muy claramente que nos expresemos, habrá que convenir en que es muy difícil que los demás vean las cosas exactamente igual que uno.

Un corolario podría ser: en relidad, un profesor no habla para el chico que le está "escuchando" ahora, sino para el que después recordará sus palabras y las pensará con más atención.

tiempo

En un cuentecillo probablemente budista, un hombre andaba por la selva con los ojos tapados por un pañuelo. Estaba siempre muy ocupado con toda una serie de problemas, así que no tenía tiempo para quitárselo.

Necesitamos pensar a fondo para conocer bien nuestra situación, para sembrar y recoger nuevas ideas o dar una respuesta apropiada. Pero no apartamos tiempo suficiente para ello. Quizá porque pensar es una actividad a menudo frustrante, y la realidad un puzzle que no se deja resolver. Si en algunos libros se plantea el pensar como un juego, para muchas personas la diversión se termina demasiado pronto.

lunes, 7 de mayo de 2007

Aconsejar

Es muy difícil aconsejar a los demás... a menos que los consejos que uno da en realidad estén dirigidos a uno mismo.
Esto lo veo más claro en el ajedrez. Se puede aconsejar sobre la base de principos generales, y en algunos momentos, aquellos de configuraciónes de piezas más simples, el consejo resulta bueno (como aconsejar, en la apertura, no gastar tiempos moviendo siempre las mismas piezas ya que permite a nuestro oponente que desarrolle sus peones y piezas), pero ya en el medio juego, los consejos son... opiniones nada más. Son tantas las variables en juego, tantas las combinaciones posibles, que un consejo no es otra cosa que una posibilidad entre varias igualmente buenas (o no tan buenas)
En cambio en los finales ya es posible volver a aconsejar, porque la situación se ha vuelto nuevamente sencilla, y las reglas resultan de un cálculo de pocas posibilidades.
Si establecieramos un paralelo, diría que es más fácil y útil aconsejar a los infantes... y a los viejos; pero toda la parte de la vida que sería equivalente al "medio juego" es difícil y muy peligroso dar consejos al otro.

madurez

Nuestros mayores nos ven enfrentarnos a problemas parecidos a los que ellos encontraron, y probablemente, aunque no hubiesen tomado la misma solución que uno ha tomado, sí son capaces de entender el porqué de nuestra elección y ser condescendientes con nuestros errores. ¿Por qué las personas mayores, maduras, no andan gritándonos continuamente «¡Así no!»? ¿Por qué no hacen algo para evitar que caigamos, una generación tras otra, en los mismos errores? No es sólo por una menor energía, hay algo más. Nos escuchan llenos de sobreentendidos, y nosotros apenas podemos suponer lo que hay detrás de su gesto.

sábado, 5 de mayo de 2007

Los americanos, los britanicos y los islámicos

Lei en el New York Times que los americanos tienen un problema grave porque hay muchos pakistanies que tienen la nacionalidad britanica, y claro, los britanicos no necesitan visado para entrar en USA. Entonces, los americanos no quieren que los pakistanies pro-islamistas entren en su pais, pero como tienen pasaporte britanico pues pueden entrar como Pedro por su casa. Ahora bien, en el articulo decian que, ¿que es lo que pueden hacer los americanos? ¿exigirles visados a todos los britanicos que entran en su pais? o ¿que cuando los pakistanies con pasaporte britanico lleguen a USA que entonces los devuelvan? Y yo digo, ¡que injusticia! te compras un billete de avion que cuesta dinero, te pasas 8 horas en un avion que es incomodo y te dan una comida horrorosa, gastas tu tiempo, tu dinero y energia, y entonces, llegas y te miran feo, te dicen que no eres bien recibido y te devuelven otras 8 horas de avion, otra comida horrible, tu tiempo y energia, pagandolo tu, por supuesto. Y yo me digo, ¿donde estan los derechos humanos? y me pregunto, ¿por que hacen que la gente pase por semejante humillacion? Claro que si pensaramos como los otros, nos diriamos, ¿para que vienes si no te queremos aqui?
¡Que raros son los seres humanos! y ¡Como se complican la vida!

miércoles, 2 de mayo de 2007

Desde mi castillo



Este castillo existe desde hace tres o mas siglos y lo han cambiado de lugar, piedra por piedra, pero, dejaron las ruinas de los cimientos en el lugar original, y ahora en el pueblo hay dos sedes del castillo, el castillo y el castillo viejo. Nunca fue habitado, yo tampoco lo habitaria, es frio e inhospito y no tenia baños, ahora le ha puesto unos para las visitas del museo.


Esta foto es la vista del pantano desde una de las ventanas del castillo, es mi foto favorita.
En el castillo viejo han hecho un parque y una esplanada donde hacen la quema de la noche de San Juan y otras festividades. Los adolescentes se juntan alli a prepararse sus botellones y sus aperitivos antes de ir a la discoteca del pueblo, una discoteca que esta construida delante del cementerio, si vas por alli, o vas a la discoteca o al cementerio ¡vaya festejo!


En el castillo actual es un museo, te enseñan algunos tapices y una biblioteca antigua, tiene grandes comedores y salones. A veces organizan banquetes y actividades para famosos o ricos que se lo puedan permitir. Tambien, en verano, organizan conciertos de musica clasica en el patio interior, la gente estan invitadas a asistir, antes, cada uno tenia que traer su propia silla si queria sentarse, pero ahora, han comprado sillas y te puedes sentar si llegas a tiempo para pillar una silla. A mi me encantan los conciertos porque te remontan a aquellos tiempos en los que no existia la television ni los sistemas de alta fidelidad y si querias oir musica tenias que ir a donde la tocaban, ¡que maravilla! la gente se esforzaba para poder disfrutar de las maravillas del arte. Ahora, te traen el arte a casa, no te mueves ni vas, no me extraña que haya tantos casos de obesidad. Ademas, el concierto en el patio del castillo suena de maravilla.


Ahora ha abierto otra ala del castillo y han puesto una exposicion que habla de la epoca medieval, yo no he ido porque lo cierran a las 5 y el dia que fui eran pasadas las 5 pero un dia de estos ire. Te cobran por entrar y eso a alguna gente no le gusta, a la gente no le gusta pagar por aprender, pagan por otras cosas pero no por aprender, asi es la gente. Yo si voy a pagar, porque a mi me gusta aprender cosas aunque sea pagando.


Os mando una foto que tome de la ventana del castillo desde la cual se contempla el pantano, creo que este pantano fue la razon por la cual cambiaron el castillo de sitio, no se si fue para que el castillo viejo no se inundara, pero el pantano no llega al castillo viejo y no se inunda ni en el mas mojado de los inviernos, por otro lado, el castillo nuevo si que esta situado en un lugar privilegiado desde donde se ve todo el valle del pantano, un vista preciosa. Del otro lado del pantano en algunas tardes claras, puedes ver el pueblo entero reflejado en el agua con el castillo presidiendo una vista de esas maravillosas que alegran el dia, un dia de estos are la foto y la colgare de este blogg. Por ahora disfrutar de la foto de la ventana del castillo y la del castillo. Hasta pronto

martes, 1 de mayo de 2007

Cruces de Mayo

La luna entre las nubes. Unas risas con gente amable. El pasado que reaparece y se deja marchar. Idiomas extraños. La pizza es difícil de digerir.

La condena de islamistas británicos (C.Salinas)

Me llama la atención los razonamientos del juez británico. Considera que estos ciudadanos musulmanes traicionaron a su país de acogida en la confianza que éste deposito en ellos al recibirlos como ciudadanos de pleno derecho.
Me parece impecable la argumentación. Todo ciudadano de un país tiene el deber de ser leal a sus instituciones y leyes, y si su conducta es contraria a ello, debe recibir un castigo merecido. Dentro del delito hay grados, y no es lo mismo un extranjero que comete un acto terrorista que un ciudadano del país. Los derechos que se tienen también llevan su contrapartida: la lealtad con el país que se los otorga.
¡Nada que objetar!